Nací y crecí en Cochabamba, y ahora vivo en Córdoba, Argentina. Soy una cinéfila (autoproclamada) y mi cabeza es un mar de contradicciones. En teoría soy ingeniera, aunque me percibo más como una melómana incurable, una experta en las preguntas de qué prefieres y una fiel amante del cine nacional.
Me gusta el sabor amargo del mate (aunque suene alienado) y todavía tengo pesadillas como una niña.
Prefiero también los amaneceres, el tiempo sin relojes y las siestas de domingo (aunque no discrimino las de otros días).
“Eso es todo a lo lejos alguien canta”, diría Pablo Neruda, y acá en este momento cantan mis amigos, una canción de cumbia, así que termino esto, evitando que Pablo Neruda invada mis estrofas cumbieras.